
(EFE).- Campeón mundial, senador y provocador nato, Romário ha vuelto a vestirse de corto con el América de Río de Janeiro a sus 58 años y asegura que en el fútbol de hoy marcaría "más de 2.000 goles" porque los jugadores son "muy burros" y corren demasiado.
El exdelantero de la Canarinha habló con EFE sobre su preparación para el Mundial de Estados Unidos 1994, que lo coronó como el mejor jugador del planeta, de su conturbada relación con los entrenadores y de su visión sobre el fútbol contemporáneo.
'O Baixinho', hoy canoso, pero en forma, mantiene la misma espontaneidad que lo caracterizó durante su vida deportiva. Se expresa sin ambages. Su carisma se mantiene intacto.
"Siempre fui muy directo y tuve un momento en que fui el mejor del mundo y el mejor en los lugares por los que pasé. Siempre fui el responsable por la victoria y el responsable por la derrota", afirma.
Quiere hacer historia, jugar profesional junto a su hijo y a sus 58 años de edad.
El sábado pasado volvió a sentirse futbolista en el partido del América, club que preside,

contra Petrópolis, en el arranque de la segunda división del Campeonato Carioca.
Romário ha decidido regresar al fútbol profesional para cumplir el sueño de compartir vestuario con su hijo. Frente al Petrópolis se sentó todo el rato en el banquillo, aunque está convencido de que si hoy estuviera en su etapa de máximo esplendor tendría aún más éxito.
"Creo que dentro del campo mi éxito sería mayor porque hoy los tipos son muy burros. Corren demasiado. En mi época el fútbol también era físico, siempre fue así, pero los jugadores eran mucho más técnicos y mucho más inteligentes", valoró. Y remata: "Seguro que hoy haría más de 2.000 goles”. Aunque reconoce que sí jugaría, las redes sociales lo arruinarían.
"Hoy no tendría condiciones de vivir de esa forma como jugador de fútbol porque esa globalización, Internet, con Instagram, Facebook, Twitter... Esas mierdas me arruinarían con seguridad", expresa.
El 17 de julio se cumplen 30 años de esa final en Pasadena que se resolvió en los penaltis contra Italia. Romário fue el mejor del Mundial de 1994.